jueves, 23 de mayo de 2013

*Nunca caminaré las calles polvorientas de Tomboctú






Nunca caminaré

las calles polvorientas de Tomboctú,

ni tiritaré de frío en el polo norte,

ni me asomaré al vértigo

del estrecho de Magallanes,

ni me asolearé una tarde completa

en la isla de Diego García,

ni nadaré de noche el Apaporis,

ni cruzaré la frontera maldita por Laredo,

ni navegaré con Thor Heyerdahl el Pacífico.

Nunca haré infinidad de viajes,

pero saber que al despertar

nunca más recorreré tu geografía

me hará morir una vez más

como cada mañana al descubrir tu ausencia.

lunes, 13 de mayo de 2013

El extranjero


Me he quedado
sin un lugar adonde regresar,
donde mis sueños vuelen libres.
Ahora soy pasajero,
viajero hacia adelante,
hacia ese futuro que me espera
cambiante, dudoso y angustiado.
Voy a tumbos por la vida
dejando en el camino más de un yo
que ya no era,
creciendo de nuevo en otros yos,
viviendo cada día,
olvidándome en la mirada de ellas,
siempre detrás de otras tierras
donde quizá poder ser,
donde tal vez amar y morir.
No tengo patria sólo tierra bajo mis pies
y enfrente la vida expectante.

Cuando pienso en ti


Eres ausencia,
ayer que se deshace en el horizonte,
quizá una caricia que aún suspira sobre mi piel.
Eres  el viento, el susurro
y el olvido.
Tu rastro se pierde en la distancia.
Eres una playa de arena fina,
de aguas grises y frías,
tiritando otoño.
Tu ausencia sopla despeinándome.
Camino la playa de los recuerdos
con las manos entre los bolsillos
y dejo en las huellas de mis pisadas
tu imagen  y tu amor.
Abandonado por la ilusión
miro sobre las dunas
la hierba que baila enamorada
en los brazos del viento.
La vida  te lleva lejos de mí.
Cuando pienso en ti
hay algo en mí
parecido a la nostalgia
que siente el mar al alejarse de la playa.

Tarde


Una tarde,
capricho de la memoria 
o de la fatalidad,
el nombre de ella 
regresó desde el ayer.
Volvió el olvidado deseo.
Desde el borde de la memoria
una ola de amor, de amor loco,
de ayer resucitado le ahogó.
No quiso que los sueños despertarán,
pero era tarde
y la soledad siguió abrazándolo,
arrullándolo
hasta que él regresó al olvido. 

domingo, 12 de mayo de 2013

Un instante



Sólo tengo ojos
para este instante,
omito algo aquí,
un poco más de allá,
olvido una ofensa,
una travesura tonta,
dejo que sólo se filtre
este único momento
en que la luz del mediodía
cae perfecta sobre tu rostro
y lo llamo recuerdo.

Me voy


Me voy 
de esa tú que vive en secreto
dentro de mí,
con la que me sigue sonriendo,
con la que me miraba siempre,
con la que me sigue buscando
desde los sueños
y los recuerdos.
Me voy con el olvido
para no dormir con tu ausencia,
para al fin volver a vivir.

jueves, 9 de mayo de 2013

La amaré de nuevo


Volveré,
cada amanecer regresaré
a esa mujer que viene de lejos.
Caminaré con mi mirada su piel
hasta encontrarme 
el atardecer en sus ojos.
Nadaremos hasta la orilla de los sueños.
Nos amaremos 
una y otra vez
hasta que seamos
un solo amor.
Tejeremos deseos y caricias
cada día del resto de nuestros días.
Cada amanecer,
volveré a mirarla
como la primera vez,
le escribiré versos en su piel
y al amarnos 
seremos el paraíso.


El irremediable regreso



Algún día regresaré a los olvidados, 
a las historias silenciadas,
a los secretos de los otros,
a los sueños que nunca fueron,
a mis antepasados,
a los que me precedieron en el camino,
a los que se fueron,
a los que me dieron lo que soy,
a los gritos mudos,
a los horrores en los ojos de ellos,
también, a sus amores,
a sus deseos imposibles,
a la generosidad secreta
(la única generosidad posible,
el resto es propaganda)
al desprendimiento,
a los que compartieron el pan,
a los justos,
a las manos sanadoras,
a la solidaridad de la raza humana.
Algún día yo  también
me iré deshaciendo en el universo 
hasta ser parte de la nada.

Mi oficio



Tengo un oficio que no pienso dejar,
no eres tú,
soy yo. Sí, yo...
Ese universo en el que habito:
el de los malos hábitos,
de los humores peligrosos,
el laborioso perezoso que soy,
el caminador de ensueños,
el lector de escrituras varias,
casi todas, donde haya un signo
ahí llegarán mis ojos con una pregunta
para entender el símbolo, sentirlo,
vivirlo, hacerlo propio
y gozar, gozar hasta 
que no pueda más 
y entonces contarlo en palabras, 
en versos o cuentos.
Levantarme cada día es delicioso
y tomar un café frente a un periódico
es el cielo con olor a pan fresco.
Mirar por la ventana
y ver que ahí fuera el universo
de los otros con sus pensamientos,
con sus cuentos y sus escritos me espera.
Una mañana, 
que si dios existiera,
me envidiaría.
Leer, leer, soñar, imaginar, elaborar,
hilar letras, palabras, significados
y con tan pocos elementos
volver un mundo viejo
en otro universo, el mío.
Así, cada día, hasta que los ojos
se caen de cansancio 
y  cada noche un libro
de páginas llenas de sueños
me acompaña entre mis manos.
Es que duermo lecturas, 
libros y periódicos
y hasta poemas de jabón.
El infierno sería que despertara
y no existieran los cuentos, las palabras,
los poemas y los poetas.
Sin poesía no soy y tampoco soy poeta,
mi oficio es ser lector.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Poema del escribiente


Yo escribo
y las palabras
desvelan esos territorios
que forman mis sueños,
la vida de mis otros yos,
la alegría de los ríos
que recorren mi mente.
Escribo 
para que las palabras
sean como tú,
para que hablen de amor.
A veces 
escribo de mí
y se oyen sonidos del pasado,
ecos de amores y besos,
música y risas 
entre los textos.
Escribo 
y el universo entero
vive en la geografía 
de las palabras.
Escribo 
sobre todo 
para que me quede
a vivir en las palabras
cuando todos 
me hayan olvidado.