Ahora que no estás
Ahora que no estás,
tu rostro es cada vez menos claro,
casi un murmullo en la memoria,
tu calor
es
un suave aleteo en mi piel.
Sin embargo,
tú estás tan
presente en mí,
pero vacía de ti,
sin ti, sin un sonido, ni un
suspiro,
sin palabras, sin el eco de un
beso.
Ahora eres
un bello templo abandonado
donde
yo, el solitario,
te adoro en vano.
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