Te
quiero
desde
el día en que te vi
al
otro lado de los sueños.
No
sabía nada de ti
y
ya en mi estómago
volaban
mariposas.
Te
quiero
por
todas las razones y ninguna.
Te
quiero no sólo por ser bella,
ni
por esa risa única que tienes,
ni
tampoco por la manera en que tus ojos
se
entornan y giras la cabeza
para
picarme el ojo
mientras
hablas con otro.
Te
quiero,
no
sólo porque
aquella
tarde en que el miedo
me
cortó el aliento
tomaste
mi mano en silencio
y
me devolviste la vida,
ni
porque estás conmigo
en
los días buenos o malos
y
en las noches
tu
cuerpo me habla de amor,
te
quiero
porque eres tú,
porque eres tú,
porque
precisamente eres tú,
porque
para mis sueños
eres
el universo entero,
la
única eternidad que necesito,
el
primer y el último beso
de
cada día,
te
quiero
porque nací para soñarte a ti
y
no a otra.
Tremenda inspiración.
ResponderEliminarSaludos José Vicente.